Erase una vez, en un
reino muy lejano, un rey, que en un bello día, tuvo una hija
llamada Mónica. La
Princesa Mónica era distinta a las demás princesas, porque ella no
era
lujosa, ella era mas
aventurera. Un día, cuando la princesa tenía 18 años, el padre, en
su gran
fiesta de 18 cumpleaños,
quería que su hija fuera como las demás, una princesa lujosa. Y
así,
el rey se llevó con su
hija un largo tiempo, hasta que la princesa se hartó de su padre y
una
noche decidió
escaparse.
A la mañana siguiente,
el rey se dio cuenta de que su dulce hija no estaba en su
habitación. Carlos, que
así se llamaba el rey, mandó a todos sus soldados del reino a
buscar a
su hija Mónica. Cuando
ya los soldados la estaban buscando en el bosque, un caballero
les impidió el paso y
tuvieron que entrar en una larga lucha con él.
El caballero era alto,
con una capucha de color marrón, llevaba unas gafas, una
túnica del mismo color
que la capucha y una bolsa donde guardaba todas sus cosas.
Los soldados tuvieron
que marcharse del lugar corriendo hasta el castillo, donde
estaba el rey para
recibirles. Don Carlos les dijo: “¿Por qué no traéis con
vosotros a la
princesa?”- “A
vuestra princesa no la podremos traer más aya del bosque”- le
respondió
el capitán de los
soldados.
El monarca le dijo
malhumorado: “ ¡ Pues tendré que ir yo mismo a por mi hija!”, y
así fue, el rey se
dirigió hacia el lugar con armas, mientras Mónica se fue a una casa
que
había en medio del
bosque. Cuando ésta entró, y vio a un príncipe llorando, y
entonces ella
le dijo: “¿ Por qué
lloras ?” y el éste le contestó: “ Porque mi padre quiere que
sea valiente,
que nunca llore y que
siempre sea fuerte”
A la princesa se le
ocurrió una idea genial, y le dijo al caballero: “ Mi padre quiere
que sea débil, bella y
que jamás sea valiente, y el tuyo quiere que seas justo lo
contrario,
que es lo que yo quiero
ser, ¿ Y si cambiamos de identidad ?” y fue entonces cuando
se cambiaron de
identidad.
Mientras que el rey
pasaba el bosque se encontró un lago, y más aya de ese lago,
había otro reino más
lejano que el suyo, el reino de Alberto, el príncipe que descubrió
Mónica llorando.
En el lago, se
encontraron los dos reyes, que el otro también estaba buscando a su
hijo. Los dos fueron al
reino del príncipe Alberto, y estaban allí sus hijos. Al verlos,
los dos
reyes les dijeron a sus
hijos que no estaban de acuerdo con la decisión que habían tomado y
los príncipes les
dijeron que ellos ya eran mayores para decidir y que las cosas no son
de
chicos ni de chicas,
sino que son cosas simplemente. Los monarcas lo comprendieron
perfectamente, y ya los
príncipes podrían hacer lo que quisieran.
Al final de esta
historia, los dos hijos decidieron casarse y los reyes terminaron
siendo muy amigos.
FIN
Autor: Ismael Muñoz de Rivera
Gómez
¡Fantástico Ismael! Una gran historia, un autor genial.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este cuento. Para mí está bastante bien estructurado, rico en su vocabulario y con una intención de comunicar algo importante. ¡Felicidades, Ismael!
ResponderEliminaryo personalmente creo que es una istoria muy xuli
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